La actividad física aumenta los niveles de las hormonas sexuales. Estos cambios promueven el control del azúcar en la sangre al causar un aumento en la actividad de GLUT4 (proteína transportadora de la glucosa).
El envejecimiento aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina, lo que resulta parcialmente en una disminución de la masa muscular.
El ejercicio estimula las hormonas sexuales, esto promueve la hipertrofia muscular y evita la pérdida de masa. Esto se debe a la conversión de androstenediona a testosterona y estrógeno en el músculo esquelético.
La actividad física es la verdadera fuente de la juventud porque mantiene la masa magra y es la clave para la salud metabólica.
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